Salió el sol en Baros. Más allá de su terraza, una brisa oceánica lanza pequeñas olas por el paisaje marino de tranquilidad. Levántese temprano para saludar al amanecer desde su propia crisálida. Las primeras horas del día en Baros son simplemente fascinantes.
Las villas artesanales de madera y piedra arenisca se extienden sobre el agua o se recogen junto a la playa en la selva natural de la isla. Cada una es un escondite mágico de comodidad y serenidad. Cada una es un paraíso de dicha personal.